La infancia es el momento ideal para sembrar buenos hábitos, y la salud dental no es la excepción. Los pequeños gestos diarios pueden marcar la diferencia entre una sonrisa sana y problemas bucodentales que persisten hasta la adultez.
En este blog, exploramos los hábitos dentales más comunes en niños, sus consecuencias y cómo guiarlos hacia una higiene bucal óptima.
Hábitos Dentales Positivo
Fomentar buenos hábitos desde temprano es esencial. Aquí algunos que deberías reforzar:
Cepillado regular (2 veces al día)
Ayuda a eliminar placa bacteriana y prevenir caries. Es clave enseñarles la técnica correcta y supervisar hasta que lo dominen.
Uso de hilo dental
Aunque parezca avanzado, puede introducirse de forma lúdica a partir de los 6 años, cuando los dientes permanentes comienzan a aparecer.
Visitas periódicas al dentista
Se recomienda una revisión cada 6 meses. Esto permite detectar problemas a tiempo y familiarizar al niño con el entorno odontológico.
Dieta baja en azúcares
Reducir el consumo de golosinas, refrescos y zumos azucarados disminuye el riesgo de caries y fortalece los dientes.
Reducir el consumo de golosinas, refrescos y zumos azucarados disminuye el riesgo de caries y fortalece los dientes.
Hábitos Dentales Negativos y sus Consecuencia
Algunos comportamientos comunes pueden parecer inofensivos, pero tienen efectos duraderos:
Chupar el dedo o chupete
Malformaciones dentales, mordida abierta, problemas de pronunciación
Respirar por la boca
Sequedad bucal, caries, alteraciones en el desarrollo facial
Morder objetos (lápices, uñas)
Desgaste dental, fracturas, riesgo de infecciones
Consumo excesivo de azúcar
Caries, inflamación de encías, erosión del esmalt
Cepillado agresivo
Recesión de encías, sensibilidad dental
Cómo los Padres Pueden Ayudar
Convertir la higiene bucal en un juego
Usa canciones, relojes de arena o apps interactivas para hacer del cepillado una rutina divertida.
Dar el ejemplo
Los niños imitan lo que ven. Si te ven cuidar tu boca, lo harán también
Recompensas saludables
Premia la constancia con actividades, no con dulces. Un paseo, una pegatina o elegir el cuento de la noche pueden ser motivadores.